Durante el verano aumentan los riesgos de que la piel sufra mayores problemas como deshidratación, manchas y quemaduras por exponerse al sol sin la protección adecuada
En la época estival el calor tiende a deshidratar mucho más rápido la epidermis, mientras que la sudoración aumenta la humedad y vuelve a la piel mucho más proclive a sufrir infecciones siendo problemas que ameritan mejores y mayores cuidados.
Por su parte, los efectos del sol pueden ser estéticamente agradables ya que es posible obtener un color más saludable pero también es necesario recordar los riesgos que se corren cuando la piel no es protegida de forma adecuada.
Existen cuidados básicos que deben llevarse a cabo durante el verano para conservar una piel saludable y bonita con una buena hidratación y sin problemas de manchas. Veamos entonces algunos consejos que pueden servir para lograr estos objetivos tanto para quienes viven en la ciudad como para aquellos que pasan sus vacaciones en la playa o la montaña.
Limpieza diaria de la piel
La limpieza diaria es necesario realizarla con productos suaves, que eliminen la suciedad acumulada, pero que no alteren el ácido natural que la recubre, evitando también todos los productos de belleza perfumados, utilizando siempre materiales que no irriten la piel como las toallitas personales.
Hidratación de la piel
Existen en el mercado infinidad de productos de belleza para hidratar la piel que se presentan en forma de cremas o aceites y permiten recuperar la humedad perdida sobre todo cuando el calor reseca la piel, siendo importante que contengan propiedades emolientes que ayudan a recuperar el agua.
Exposición al sol y a las agua con cloro
Las exposiciones al sol deben hacerse en horarios de la mañana o bien después de las cinco de la tarde evitando las horas centrales del dÃa, mientras que después de la exposición al sol o al agua con cloro de la piscina se recomienda darse una ducha para hidratar nuevamente la piel
Conviene reducir al mÃnimo la exposición al sol en las horas centrales del dÃa, mientras que después de la exposición al sol o al agua clorada de una piscina es necesario darse una ducha para hidratar la piel, siendo recomendable utilizar un jabón que sea levemente ácido o de PH normal ya que con esto se evitan las infecciones dermatológicas.
Alimentación para una piel sana
Moderar el consumo de carnes consumiendo más frutas y verduras frescas, como también alimentos que contengan antioxidantes, vitaminas A, C y E, siendo importantes para la regeneración celular, siendo en este caso la vitamina E una de las mejores aliadas contra el acné y que puede encontrarse en los frutos secos, pescados y vegetales como la espinaca, espárragos y brócoli, sin olvidar beber agua suficiente durante todo el dÃa.
Protección contra los rayos solares
Utilizar cremas con un alto factor de protección solar es indispensable para defender la piel de los rayos ultravioletas. En general el mÃnimo de protección recomendado es 15 de FPS, debiendo aplicarse 30 minutos antes de tomar sol y repetir cada dos horas.
Por último, cabe recordar que el cáncer de piel es una enfermedad que ha ido en aumento en las últimas décadas debido a los daños que produce la exposición al sol en horarios inadecuados o sin la protección recomendada por los especialistas, algo que deben tener en cuenta tanto hombres como mujeres y niños.