El mercado de los regímenes, de las dietas, y de las pérdidas de peso no deja de crecer. Además esto aumenta a medida que nos acercamos al verano y que las tiendas presentan multitud de artículos que explican cómo perder 3 kilos en 15 días.
El problema de la obesidad y del sobrepeso no es cuestión menor. Sabemos que España es una de las poblaciones europeas con una menor tasa de personas con sobrepeso, sin embargo, la industria del régimen está en continua progresión desde los años 80. Además, se constata que cada dos o tres años aparece un nuevo régimen milagro que acapara las portadas de todos los medios, y a veces gracias al impulso de algunas celebridades.
Por esta razón puede parecer difícil saber qué tipo de régimen seguir, concretamente cuando se desea perder únicamente algunos kilos con total seguridad. Puede ser particularmente complicado encontrar información fiable sobre la eficacia de tal o cual régimen alimenticio, y conocer cuál es el que mejor se adapta a nuestro metabolismo.
El régimen Atkins
El régimen Atkins terminó de ser definido por el doctor Robert Atkins en 1960, y de hecho lo describe perfectamente en su libro “La revolución dietética del Dr. Atkins”. Seguramente hablamos de uno de los regímenes pobres en glúcidos de los más populares, pero de los más controvertidos.
¿En qué consiste el régimen Atkins?
Las personas que siguen el plan Atkins deben respetar cuatro fases. Durante la primera fase se deben seguir las siguientes reglas:
- Un límite diario de 20 gramos de glucidos asimilables.
- El consumo de proteínas se puede basar en carne roja, carne blanca, pescado, huevos y queso.
- Los productos lácteos como la mantequilla, la margarina y la nata están autorizados.
- No se deben consumir glúcidos como pasta, cereales, pan, y verduras con almidón.
- Tampoco están autorizadas las nueces, las semillas, las verduras y las legumbres.
- Igualmente no se puede consumir cafeína ni alcohol.
Esta fase se debe seguir durante dos semanas como mínimo. Una vez que se ha alcanzado un primer peso conveniente, se puede pasar a la fase número 2. La segunda fase permite introducir gradualmente frutas y verduras pobres en glúcidos, tales como cereales y bebidas con alcohol, pero también pobre en glúcidos. Se debe aumentar en 5 gramos la cantidad de glúcidos consumidos a diario hasta alcanzar los 50 gramos diarios.
La tercera fase consiste en introducir más glúcidos, siempre de forma gradual hasta alcanzar un consumo diario de 80 gramos.
La fase final viene después de la fase de progresión hasta alcanzar un consumo de glúcidos de 100 gramos diarios. La idea es que el peso se estabilice en este nivel de consumo.
En su origen, el régimen Atkins no era tan radical con relación a las categorías de proteínas y de grasas consumidas. Este plan ha sido modificado y se concentra ahora sobre la importancia de la elección de las buenas grasas para la salud y siempre adaptado al modo de vida personal.
Las ventajas
El régimen Atkins es fácil de seguir, y no es necesario acudir a reuniones de grupo. Los resultados se ven rápidamente, lo que favorece mucho la motivación personal.
Los inconvenientes
El nivel de proteínas que se debe incluir en el régimen puede ser relativamente costoso para el presupuesto personal. Para aquellos que no consiguen comer bastantes proteínas durante las primeras fases de su régimen, el cuerpo terminará quemando músculo para obtener la energía que necesita. Esto puede conllevar una reducción del metabolismo y complicar la pérdida de peso.
Detener el consumo de cereales y de productos lácteos tiene como consecuencia una reducción drástica del nivel de calcio y de potasio. Por eso es necesario tomar complementos alimenticios. Un nivel bajo de proteínas puede aumentar la probabilidad de desarrollar dolor de cabeza e irritabilidad, y provocar un aumento de la tasa de cetonas. Esta sustancia es un ácido que puede provocar una modificación del olfato y de la respiración.
En conclusión
Este plan puede parecer contradictorio con las recomendaciones habituales en cuestión de régimen, concretamente las que hablan de un consumo moderado de carne roja y blanca.
El régimen Atkins se puede adaptar perfectamente a personas que desean perder peso rápidamente, pero hay que tener en consideración los aspectos negativos que esto puede provocar sobre el organismo. En cualquier caso, antes de someterse a este tipo de dieta, conviene consultar previamente con un médico especialista o un nutricionista.