La toxoplasmosis durante el embarazo puede representar un problema grave si se transmite al feto.
Se trata de una de las infecciones más comunes que afecta a personas de todo el mundo y se relaciona de manera directa con el consumo de carne cruda o también de frutas o vegetales que no han sido debidamente lavados.
Ocasionada por el protozoo ‘Toxoplasma gondii’ el riesgo mayor surge cuando se habla de mujeres embarazadas que padecen esta enfermedad asintomática, que puede presentar signos muy leves de su presencia como fiebre, malestar general y linfadenopatÃas (aumento de tamaño o alteración de la consistencia de los ganglios linfáticos).
Una mujer que ha padecido de toxoplasmosis antes de quedar embarazada no corre riesgo de transmitirla al feto ya que ha desarrollado los anticuerpos necesarios para no volver a contraer la dolencia.
Sin embargo, cuando la embarazada la contrae después de la gestación existe hasta un 40% de posibilidades de que transmita la infección al feto, algo que se relaciona también con los meses de embarazo, ya que si la mujer se contagia de toxoplasmosis durante los tres primeros meses de embarazo la probabilidad de infectar al feto son de un 15%, Ãndice que crece conforme el embarazo es más avanzado, en el tercer trimestre se incrementa en 60% la posibilidad que el feto sea afectado.
Esta infección, transmitida al feto a través de la sangre, puede provocar un aborto espontáneo o también el nacimiento sin vida del bebe.
Según las estadÃsticas con que se cuenta en la actualidad uno de cada diez bebés nace padeciendo toxoplasmosis y corre el riesgo de morir a pocos dÃas de su nacimiento o de sobrevivir padecer infecciones que suelen afecta el hÃgado, bazo o los ojos, dándose también casos de neumonÃa, ictericia u otro tipo de dolencias más graves.
Ciertas medidas de prevención en el caso de una mujer embarazada evitan el contagio de la enfermedad, debiendo extremarse los cuidados que ayuden a disminuir las posibilidades de padecer esta infección.
El gato puede infectarse de toxoplasmosis y transmitir el parásito a los humanos, por ello, si esta es la mascota que habita el hogar de una mujer embarazada será necesario tomar los recaudos necesario para no correr peligro de contagio, extremando las medidas de limpieza y no permitiendo que el animal salga mucho de casa y limpiar todo los elementos que tengan que ver con la mascota utilizando guantes.
La carne cruda o mal cocida y los embutidos también son transmisores de este parásito, por ello es recomendable no consumir este tipo de alimentos durante el embarazo.
En el caso de vegetales, frutas y legumbres, también pueden contener este parásito y por ello es necesario lavar de forma adecuada estos alimentos antes de consumirlos, dejándolo unos cinco minutos sumergidos en agua limpia con una cucharadita de bicarbonato, priorizando el lavado de las manos siempre antes de manipular carnes y vegetales crudos.
La prevención es un factor fundamental para evitar contraer la enfermedad y los cuidados deberán extremarse cuando se habla de una embarazada.