Los puntos negros son pequeños granos de color negro que aparecen sobre la cara en caso de tener exceso de sebo. Por lo tanto es un problema que afecta esencialmente a las personas que tienen una piel grasa.
El comedón se decolora y se oxida al contacto con el aire. Hasta hoy, el verdadero responsable de esta producción excesiva de sebo sigue siendo desconocido. Sin embargo, se ha descubierto que ciertos hábitos pueden influir sobre su manifestación.
Se ha deducido que el hecho de no lavarse regularmente la cara, de mantener el maquillaje antes de acostarse, de tocarse los granos, de utilizar cremas demasiado grasas y productos decapantes puede conllevar la aparición de puntos negros.
A todo esto se añaden viejos hábitos como exponer el rostro al sol sin protección o no querer usar cuidados exfoliantes y mascarillas cuya función es la de limpiar la piel en profundidad.
Algunos trucos para eliminar los puntos negros
Para evitar los puntos negros, conviene abandonar todos los gestos citados anteriormente. Si no sois capaces de dejar de tocaros los granos, pensad al menos a respetar ciertas reglas de higiene, como desinfectar la piel y lavarse las manos. Cuando os tocáis los granos, hacedlo la menos con un pañuelo para impedir que aparezcan enrojecimientos en la zona.
Una vez que habéis abierto el punto negro, aplicad un algodón empapado con una loción no comedogénica para desinfectarlo. Lo ideal serÃa acudir a un centro de estética. Un profesional se encargará de curar el grano.
Para aquéllas que no están acostumbradas a acudir a estos centros, pueden pedir la opinión de un dermatólogo que prescribirá el tratamiento más adecuado. Esta opción es la más aconsejable para las personas que sufren acné, psoriasis, eczema u otras enfermedades de la piel.
Para las amantes de las soluciones caseras, se puede mezclar una clara de huevo batida con dos cucharadas de harina. Aplicad este preparado sobre los puntos negros y dejad actuar unos diez minutos. Después de limpiar bien la zona, aplicad una loción de agua de rosas para impedir que aparezcan enrojecimientos.