A partir de los 25 años, es bueno empezar a aplicarse una crema que ayude a tensar la piel. La intención es la de estirar la epidermis, con el fin de que la piel del pecho se quede lisa y firme. Este tratamiento se puede completar con una crema hidratante. El producto se debe aplicar con movimientos circulares. De esta forma, los tejidos serán estimulados y tonificados.
De vez en cuando se recomienda realizar, una vez a la semana, un peeling para eliminar las células muertas. Elegid el más suave, puesto que la piel de los senos es muy fina, y por lo tanto más sensible. Pensar en realizar masajes sobre los pechos con un guante lleno de cubitos de hielo. De esta forma iremos activando la microcirculación.
Las ventajas del tratamiento
Se deben trabajar los músculos periféricos, es decir los pectorales, los músculos de la espalda, y los abdominales. Para evitar que el pecho se caiga, cada mañana, se debe repetir unas veinte veces la letra «X», de forma exagerada, delante del espejo. No olvidéis que debéis mantener derecha la espalda. Una buena postura os garantiza una buena colocación de los senos. Es preferible dormir sobre la espalda para evitar comprimir el pecho.
A la hora de comprar lencerÃa, es bueno pedir consejo a la responsable especializada de la tienda. Un buen sujetador os permite tener un correcto mantenimiento. Para garantizaros la elección de un buen sostén, se puede realizar un test sencillo. Si constatáis que vuestro sujetador os deja marcas a nivel de los hombros y de la espalda, es que es demasiado pequeño, o que los tirantes están mal ajustados.
Los senos no contienen músculos, por eso es importante saber cuidarlos para que no se aflojen. Evitar las duchas demasiado calientes para no provocar un relajamiento de los tejidos. Es mejor utilizar agua frÃa.
El pecho es muy sensible a las grandes variaciones del peso, por eso es bueno mantener una alimentación correcta. El efecto yo-yo suele estar en el origen de la relajación general de los senos de la mujer. Para las más deportistas, es importante que no se ejecuten movimientos demasiado violentos. De hecho, se aconseja llevar un sostén adaptado durante el ejercicio.
No es bueno tomar demasiado sol, puesto que la piel del busto es muy fina y muy sensible a los rayos UV. Siempre debéis protegeros con una crema solar adecuada, y renovar la aplicación de forma regular, después de cada baño.