Esta temporada, entre las propuestas glitter Miu Miu, los patchworks pitón Prada, los escarpines de pelo largo de Alexander Wang y los tacones mutantes Fendi, Aperlai o Burberry Prorsum, son muchos los creadores que presentan nuevas tendencias de lo más fascinantes.
De caña alta, las botas de los setenta en cuero caramelo, burdeos, azul noche o camel se presentan como indispensables para acompañar los vestidos hasta la rodilla, muy en boga actualmente. Es cierto que con este tipo de botas, se pide un vestido de muselina, faldas amplias, e incluso minifaldas, para un estilo muy a lo Annie Hall.
Procedente directamente del estilo Mod del Londres de los años 60, los Chelsea Boots ven cómo se impone su lado más fashion. Se pueden reconocer entre un millón, gracias a su elástico lateral, tanto en versión clásica unisex, o más edgy. En cualquier caso, las Chelsea Boots, regaliz o capuccino, planas o de tacón, van bien en piernas delgadas, y combinan a la perfección con un vestido pull.
Jamás antes la materia había sido tan valorada como lo está siendo en estos últimos must have del momento. Jugando con las superposiciones, las texturas se subliman mutuamente. La piel en los escarpines ofrece un toque ligeramente surrealista, pero práctico a la vez, por la protección del frío que ofrecen. La sensación es como la de tener metidos los pies entre algodones. Merece la pena echarle un vistazo a los modelos de Alexander Wang, y a los de Aperlai.
Clásico entre los clásicos, el mocasín, en esta ocasión, rompe los cánones de la sobriedad. Pompones de cuero, ligeramente sobredimensionados, adornos metalizados, y tacones de vértigo para romper con una línea que no ha pasado nunca de moda.