En muchas ocasiones sucede que el trabajo en la oficina es tanto que no podemos evitar estresarnos. Entendemos por estrés aquellos momentos en los que nos vemos superados por las situaciones, en que el trabajo es tanto que no sabemos cómo abordarlo sin acabar locos, en ese caso, tranquila, para empezar nunca debemos perder la calma.
Hay épocas en las que tenemos más trabajo de lo normal, una manera de hacer las cosas de manera rápida y eficiente es siendo organizados. Empezar una tarea y acabarla será mucho más eficiente que empezar mil y no acabar ninguna, asà que haz una lista de las tareas que sean más urgentes y realizalas por orden de necesidad, ya verás como de esta manera avanzarás rápido y seguro.
También es necesario no abusar del café y las bebidas energéticas ya que un exceso de éstas puede ponernos mucho más nerviosas que antes. Es mejor tomar un té o una manzanilla que nos ayudará a relajarnos y a tomarnos las cosas con más calma.
Tomar un respiro de vez en cuándo también nos ayudará a mejorar nuestro rendimiento. Si nos pasamos tres horas trabajando cómo máquinas sin pararnos un instante para descansar, las consecuencias pueden ser catastróficas. Los psicólogos que han investigado sobre temas de atención y mejoras de rendimiento coinciden en que dedicar 55 minutos de atención al trabajo y 5 minutos de pausa, da mucho más rendimiento que trabajar durante 5 horas seguidas.
Una vez tengamos claras las prioridades, estemos relajados y seamos consecuentes con el tiempo que necesitamos para descansar, sólo tenemos que mejorar de manera agradable nuestro entorno de trabajo. Aislarnos de las conversaciones de otros compañeros y desconectar las webs con las redes sociales o los móviles nos evitará tentaciones fáciles. Tener la mesa despejada y vacÃa también nos ayudará a concentrarnos con lo que estamos haciendo.
Al fin y al cabo, es complicado hacer las cosas cuándo estamos estresados, recordad esa ley de Murphy que dice que cuánto más rápido quieres hacer las cosas, más tardas en hacerlas.