Una de las experiencias sensoriales más apetecibles es la de un masaje. ¿Cuáles son las bondades de esta práctica terapéutica?
1. Tratamiento antiestrés
La tensión de las ocupaciones diarias, los objetivos inmediatos, las dificultades de la conciliación, las emociones desagradables… El estrés no solo afecta al plano psicológico, sino también, al ámbito corporal.
El propio cuerpo contiene la huella del estrés acumulado. Un masaje es una experiencia placentera para liberar esas tensiones cotidianas por medio del cuidado personal gracias a esta vivencia de bienestar. Tus músculos se destensan a partir de esta experiencia.
2. Descanso
Además del sueño, existen otras fórmulas que propician el descanso adecuado frente al agotamiento fÃsico y emocional. Un masaje resulta totalmente relajante porque propicia el reposo y la calma de quien experimenta este deleite.
En muchos momentos de la rutina cotidiana, la persona está tan concentrada en el objetivo de resolver asuntos externos que, el efecto terapéutico del masaje reside en que, durante esos instantes, la persona se centra en sà misma.
Además, el estado de relajación general que produce un masaje también propicia la agradable experiencia del sueño.
3. Incremento de la vitalidad
Un masaje terapéutico realizado por un profesional mejora la circulación sanguÃnea. Por esta razón, gracias a este hecho, aumenta la vitalidad general del organismo.
Por medio de un masaje especializado elaborado por un experto, también aumenta la resiliencia natural del cuerpo. Por ejemplo, un masaje localizado en una zona especÃfica produce un tratamiento beneficioso frente al dolor.
4. Bienestar psicológico
Cuerpo y mente establecen un diálogo constante. A través de la relajación corporal también alcanzas un estado de armonÃa emocional gracias a un masaje que conecta tu ser con el presente. Y, desde la perspectiva de la conexión con el ahora, se reduce el estrés de forma inevitable.
A partir de esta experiencia de relax, te evades de tus propias preocupaciones cotidianas y te sientes con una energÃa totalmente renovada. Es decir, desde el punto de vista psicológico, un masaje mejora el estado de ánimo, propicia el optimismo y las emociones agradables.
5. Tratamiento de belleza
A nivel estético, un masaje produce un efecto embellecedor en el organismo como consecuencia directa de esa eliminación del estrés. Sin embargo, por medio del masaje, la piel gana elasticidad y firmeza gracias a la eliminación de toxinas.
Junto con otros hábitos saludables como la práctica de ejercicio fÃsico, una dieta sana y un descanso reparador, el organismo se nutre de estos cuidados necesarios. Por ejemplo, un masaje especializado puede ser efectivo para minimizar el dolor de espalda o molestias en esta zona.
Además, por medio de un masaje, una persona toma conciencia de su propio cuerpo. Y experimenta un estado de bienestar generalizado que actúa como un antÃdoto de autoestima y alegrÃa vital.
6. Aumento de la concentración
Gracias a la reducción del estrés y al estado de relajación general de cuerpo y mente, la persona tiene un mejor nivel de atención y concentración. El estrés afecta a la memoria en forma de despistes cotidianos.
Sin duda, un masaje es un regalo de bienestar.
Foto – Pixabay