En el campo de la belleza femenina, lo natural es lo que ahora se lleva. Gracias a los viajes y a la mezcla de culturas, los secretos para estar más joven se exportan. Entre los productos que más se utilizan están: el jabón negro, el rasul, el aceite de argán y otros ingredientes originarios del Magreb.
Belleza: prácticas ancestrales
Las mujeres del norte de África conocen bien los secretos para mantenerse bellas y sublimes a través de una serie de cosméticos naturales como son el jabón negro, el rasul, o el aceite de argán. A esta lista se añaden ciertas prácticas de belleza ancestrales como el hamman, los tatuajes, o los ungüentos florales perfumados.
Para la belleza de la piel: hamman, exfoliación y jabón negro
Tradicionalmente, durante una sesión de hamman, las mujeres aprovechan para aplicarse sus recetas de belleza natural. Gracias al calor que abre los poros, los activos pueden penetrar mejor en la piel, deprendiéndose de sus células muertas y otras impurezas.
La purificación se obtiene a través de la transpiración, y por una exfoliación que, según la tradición, debe ser efectuada a través de una profesional, utilizando un guante específico. Estas fricciones energéticas liberan los poros y permiten tener una piel más suave y limpia, como si pelaran el cuerpo de todas sus adherencias dañinas e incómodas.
Las mujeres occidentales pueden realizar esta misma técnica con la ayuda de un producto exfoliante, y enjuagarse después con agua fría, antes de hacerse un masaje con el jabón negro.
Esta pasta 100% vegetal se obtiene de la maceración de sales en aceite, y prensando aceitunas negras. El resultado es un producto que limpia, suaviza y flexibiliza la piel. Se debe hacer espuma sobre la piel húmeda, y después se enjuaga para mantener una epidermis sedosa y bien hidratada.
Para la belleza del cabello: rasul y henna
Otro producto estrella procedente del Magreb: el rasul. Mezclado con agua, esta arcilla forma una pasta de barro, rica en sales minerales y oligoelementos, que se aplica en cataplasma sobre el cabello (también sobre la piel para higienizarla).
El rasul es un buen remedio para regularizar la producción de sebo, lo que facilita la eliminación de la grasa del pelo, todo lo contrario a la henna que en su modalidad neutra ayuda a reparar el cabello dañado.