A todas nos ha tocado alguna vez participar en un amigo invisible. Este tipo de juego, que se inicia ya en el colegio, gana adeptos y formas al largo de los años, siendo una de las prácticas más populares durante las Navidades en cualquier tipo de ámbito, ¿iba a ser diferente en tu trabajo?
El juego consiste en que un número de X personas intercambien entre sà regalos. La manera de organizarlo es muy sencilla: se recoge en una lista los que quieren participar en la actividad, se hacen papelitos individuales con cada uno de los nombres y se meten en una bolsa, mezclándolos para que nadie sepa en qué papel está cada uno de los nombres. Luego se hace escoger a los participantes uno de los papeles, y el nombre que hayan cogido es el de la persona a la que deben realizar el regalo. El nombre sólo se invalida en el caso de que la persona haya cogido su propio nombre.
No hay ningún tipo de obligación ni restricción por lo que respecta a la realización del juego, las normas son bastante libres y mientras se respete a la persona que nos haya tocado, cualquier regalo es bueno. Por lo que respeta a dónde realizarlo, depende del gusto de cada cuál. Si estamos hablando de llevarlo a cabo en nuestro trabajo, un buen lugar serÃa la misma empresa o sino la tÃpica y tópica cena de empresa en épocas navideñas donde todo es posible.
Si se quiere variar un poco el juego para darle un toque de originalidad, es posible enmarcarlo dentro de las siguientes modalidades: el amigo guarrete en la que el regalo que se intercambia es con connotación sexual, ideal para reÃrse un rato de las caras de tus compañeros, otra puede ser la de adivina quién soy, en la que el que regala hace un regalo con algún tipo de alusión a quién es y que el otro tiene que adivinar (ya sea regalando un libro dónde el protagonista se llame como él o poniendo una adivinanza en una postal) o el amigo temático, en el que todos los regalos tienen que corresponderse en un tema que el grupo decida.