Varios estudios se han realizado sobre los efectos que causa la música en el bebé durante la etapa del embarazo y todos ellos coinciden en mencionar que ésta influye de forma positiva en las distintas áreas de su desarrollo.
Entre el tercer y cuarto mes de gestación el aparato auditivo del bebé culmina su desarrollo y es entonces cuando se encuentra habilitado para reaccionar ante determinados estímulos como la voz de su madre, los latidos de su corazón y otros estímulos sonoros que generan para el bebé un ambiente de relax y tranquilidad.
Durante el quinto mes de embarazo el oído del bebé termina de estructurarse de forma completa y es por ello que podrá escuchar aquellos sonidos que vienen del exterior del vientre materno como por ejemplo la música, a pesar que el bebé no escuchará los sonidos igual que el resto de las personas como consecuencia que tanto la pared abdominal como el líquido amniótico los atenúa.
Por otra parte, a partir de la segunda semana de embarazo, el bebé ya tiene la capacidad de memorizar aquellos sonidos que escucha y por ello luego de nacer podrá reconocer a su madre y diferenciar su voz de la de su padre, además de llegar a un estado de relax con la misma música que escuchaba durante el embarazo.
Al hacerse estudios al respecto fue posible determinar ciertos efectos que la música produce en el bebé tanto a nivel emocional e intelectual como motriz y lingüístico.
- Emocional: Permite fortalecer el vínculo entre madre e hijo, expresando sentimientos y emociones, además de modificar los estados de ánimo.
- Intelectual: Favoreciendo el desarrollo de la memoria e introduciendo algunos conceptos básicos y creando conexiones neuronales.
- Motriz: La música produce en el bebé reacciones motoras e incentiva la realización de gestos faciales y propiciando un estado de relax excelente.
- Lingüístico: al escuchar música el bebé introduce ritmos, tonos y tiempos además de ser un estímulo a su audición y percepción permitiéndole diferenciar los sonidos.
Teniendo en cuenta que la música se compone de ritmo y melodía que son registrados a través del funcionamiento del oído interno compuesto por un sistema que controla el equilibrio, al bebé llegarán las vibraciones acústicas transformadas por el sistema “coclear” permitiéndole percibir todos los sonidos.
Los especialistas aconsejan a las madres escuchar durante el embarazo música instrumentada y no necesariamente debe ser clásica, pueden también ser ritmos modernos ya que cuantas más experiencias se brinden al bebé mayor será su aprendizaje.
Luego de su nacimiento y a partir del tercer mes de vida es recomendable comenzar a estimular al bebé utilizando música suave y progresivamente introducir otros ritmos más fuertes pero siempre con un volumen bajo que no altere al pequeño.