Mel Gibson y su compañera Oksana se separaron hace ahora algunos meses. De salto en salto, su historia no deja de alimentar las crónicas rosas de medio mundo. Sin embargo, la pareja podría haber vuelto a unirse, terminando de arreglar las cosas, con la ayuda de una terapia de familia.
Lo que en realidad debería ser noticia en Mel Gibson, por su trabajo como actor y director de películas, resulta que ha pasado a segundo planto, convirtiéndose en objetivo preferente de la prensa rosa.
En cualquier caso, desde hace un mes, los detalles de la controvertida separación de su compañera rusa, Oksana Grigoreva, que conoció en el año 2009, no deja de interesar a los magazines de cotilleos de todo el mundo.
Los titulares lo han dejado bien claro: acusaciones de maltrato conyugal por parte de Oksana, y por las que Mel Gibson ha sido requerido por la justicia, así como el asunto de la custodia de la hija que tienen en común, de ocho meses, y de nombre Lucía.
No obstante, tras los consejos de un amigo del actor americo-australiano de 54 años, Mel Gibson ha intentado arreglar las cosas, antes de la ruptura definitiva. En palabras de su amigo “se dio cuenta de que su relación se convirtió en algo malsano, reconociendo que ambos la estaban llevando al extremo”.
De ahí la iniciativa de comenzar una terapia, “Mel quería comprender cómo terminar con esta relación malsana, pero con calma y pacíficamente”.
Una terapia que no pudo calmar a Mel Gibson, puesto que fue acusado de violencia hacia su ex. El acuerdo firmado entre los dos protagonistas en mayo, le obliga a pasar una pensión alimenticia, y la custodia compartida de Lucía.
Actualmente, Mel Gibson continúa solo la terapia psicológica. “Maneja como puede todo este escándalo, que por sí es difícil”, dijo su amigo.