A pesar que en esta época de crisis sobre todo a nivel laboral, quienes tienen trabajo deberían sentirse dichosos, se ha podido comprobar que más de ocho horas de trabajo puede causar depresión.
Esto es así, porque como en todas las cosas de la vida, el excederse de los límites razonables puede traer consecuencias importantes que repercuten de forma directa en nuestra salud.
Según una investigación realizada en la administración pública en el Reino Unido, quienes además de trabajar una mayor cantidad de horas de las recomendables reciben altas sumas de dinero por su labor tienen mayor tendencia a deprimirse.
Según este estudio realizado por el Instituto Finlandés de Salud Ocupacional y liderado por Marianna Virtanen, una jornada laboral demasiado extensa puede eliminar lo positivo que es tener trabajo y un ingreso alto.
Así, pudo establecerse que quienes trabajan un promedio de once horas al día en cargos jerárquicos y con ingresos altos mostraron ser más propensos a sufrir depresión.
Asimismo, se pudo corroborar que trabajar largas horas aumenta el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y genera un marcado descenso en las funciones cognitivas.
Las mujeres por su parte, tienen mayor riesgo de sufrir un estado de depresión ya que además de su jornada laboral fuera de casa por lo general tienen la tarea extra de cuidar del hogar, marido e hijos.
Ordenadores, sistemas de telecomunicaciones, redes de WiFi, correo electrónico llegando de forma constante y los diversos dispositivos de automatización de tareas han revolucionado el gran mundo de la producción y del trabajo, pero a su vez muestran un lado oscuro para quienes deben utilizarlos a diario de forma productiva.
Las dolencias estrechamente ligadas a las nuevas tecnologías son relativamente nuevas y mucho más si las comparamos con la medicina del trabajo que se ocupa de estudiar y diagnosticas este tipo de fenómenos. Sin embargo, esta “carga mental” se encuentra más ligado a los altos niveles de atención, concentración y esfuerzo a nivel intelectual que hoy le imponen las nuevas tecnologías al trabajador.
Las mujeres se encuentran más propensas a sufrir de estas enfermedades profesionales ligadas a las tecnologías nuevas y que han surgido en los últimos años haciendo que la denominada carga mental aumente cada vez más tanto entre mujeres profesionales como trabajadoras en general.
Para evitar sufrir de este problema, se aconseja que la jornada laboral no exceda de las ocho horas, algo que en el caso de mujeres con puestos importantes resulta un poco difícil, aunque no es imposible.
Diagramar cada jornada laboral con un máximo de ocho horas cumpliendo con el trabajo diario sumado a contar con la ayuda de una persona que se encargue de las cosas del hogar y sobre todo no llevar trabajo a casa, son en principio soluciones sencillas que pueden llevarse adelante.
Aprovechar las nuevas tecnologías y valerse de ellas para ahorrar tiempo pero no convertirse en sus esclavas es fundamental para evitar el estrés laboral.
Disfrutar más de la familia, amigos y de los fines de semana, evitando todo aquello que represente la rutina que se desarrolla durante la semana es fundamental para llevar adelante una vida con trabajo pero saludable.