Se acabó aquello de tener el rostro moreno y resplandeciente, y unas piernas blancas que nos da vergüenza enseñar. Debemos cogerle la delantera al sol, y presentar un bronceado bonito y una piel dorada. Para mantener el bronceado durante más tiempo, hay que decir adiós a los polvos de maquillaje que colorean la piel de la cara de manera poco natural.
Lo ideal es utilizar una crema hidratante de color tierra para toda la cara, y crear asà la ilusión de un bronceado uniforme muy natural. Se debe insistir en el puente de la nariz, la frente y las sienes: son zonas que se ponen morenas de primeras, y siempre darán la impresión de venir de estar tomando el sol en la playa.
Es interesante utilizar los sprays que imitan el bronceado, pero que se van con el agua de la ducha. Es algo asà como un trampantojo para la piel. Basta con vaporizarlos a una distancia prudencial para que depositen un velo de color muy sutil. El spray se seca enseguida y no mancha la ropa, y además se va con agua. Es ideal para las piernas y los brazos y para aquellas mujeres que no terminan de hacerse con el autobronceador.
Otra idea interesante es la de poner color a la crema hidratante habitual. Basta con añadir un toque de pigmento: con esto se consigue transformar la crema en producto especÃfico para el bronceado de la piel. Lo interesante de esta opción es que la dosis de color la controlamos nosotras.
El autobronceador: es el más clásico para estar bronceada en pocas horas. Cuidado, puesto que puede dejar marcas, asà que conviene seguir una serie de trucos:
. aplicar el autobronceador a base de masajes, por encima de la crema hidratante aplicada con anterioridad. De esta forma ambas cremas se fundirán, y las marcas serán menos visibles.
. Aplicar el autobronceador con ayuda de un guante de baño humedecido: el efecto será mucho más difuminado, evitando cualquier riesgo de marca.
. Se debe tener más cuidado en las zonas de transición: cuello, parte interior de los brazos, para que el efecto sea lo más natural posible.