Pan, arroz, pasta, harina… sabemos que son mejores para la salud cuando son integrales. La noticia es que todos estos alimentos de la vida corriente existen tanto en versión refinada como en versión integral.
Los alimentos integrales no siempre fueron tan alabados. Antes de la guerra, se consumía mucho pan y harina negra. Pero a final del conflicto, el pan negro fue asimilado con ese período de privación, y poco a poco se fue pasando a la harina blanca, como alimento de lujo. En todo caso, el interés nutricional de hoy en día está por encima de estas consideraciones “estéticas”.
Diferencias entre alimentos integrales y alimentos refinados
Desde el final de la guerra, los industriales tomaron la costumbre de refinar los cereales. Una técnica que consiste en retirar el envoltorio del grano, ahí donde se encuentran los nutrientes. El refinado se efectúa por principio de abrasión, y retira al mismo tiempo su color marrón, el color del salvado. Al retirar las sustancias activas de los granos (fibras, minerales, magnesio, vitaminas), son más fáciles de almacenar y se conservan mejor.
Pero en la era industrial, las poblaciones no necesitan almacenar en masa para prevenir épocas de hambruna. Y sobre todo, retirando todos los oligoelementos, vitaminas y fibras que contienen los cereales, se empobrecen y pierden su valor nutricional. Sin contar que el organismo necesita estas fibras y vitaminas para asimilar fácilmente estos granos. Conclusión, tiene que sacar estos nutrientes de sus propias reservas.
En todo caso, si los alimentos integrales son más ricos y tienen un efecto positivo sobre la salud, los “blancos” no implican que sean peligrosos, o que exista algún riesgo por consumirlos refinados.
Los beneficios para la salud de los alimentos integrales
En una época en la que tenemos tendencia a consumir menos fibras, consumir alimentos integrales permite colmar esta carencia. A porción igual de un alimento integral y de un alimento refinado, hay más fibras, más vitaminas B, más hierro en la versión integral.
El interés mayor de las fibras reside en el hecho de que favorecen la saciedad y provocan que se tenga hambre menos rápido. En realidad es un buen consejo par perder peso. Pero el otro gran beneficio de las fibras, es el impacto sobre el tránsito intestinal. Las fibras son una ayuda eficaz frente al estreñimiento. Tras algunos días de una alimentación enriquecida con fibras, el tránsito comienza a regularse.
Por otro lado, las fibras pueden ayudar a bajar la tasa de colesterol, e incluso si los cereales integrales no son los únicos alimentos que contienen hierro, su aporte puede influir sobre la energía del organismo. La ingesta de alimentos integrales es muy saludable para la salud en general de todo el organismo. Se recomienda comer a diario las porciones necesarias de cereales, frutas y verduras para garantizar la tasa mínima ideal que el cuerpo requiere para funcionar correctamente.