Teniendo en cuenta las dificultades que vivimos en la actualidad, hay muchas personas que han tenido que volver a sus casas tras haberse independizado y ver que sus futuros son inciertos y desesperantes. El hecho de saber que después de todo, siempre tendrás un lugar en el que regresar es reconfortante y es que la familia juega un papel muy importante en todo esto.
La actual crisis económica ha llegado a unos niveles altos de crueldad que han afectado en gran medida a nuestro desarrollo personal, muchas personas han dejado de salir y hacer vida social ya que no pueden permitirse en muchos casos los precios abusivos de los lugares que nos sirven para desconectar y pasarlo bien. No obstante lo más importante es el hecho de que en muchos casos, pagar los pisos alquilados o comprados se vuelve imposible, y es en esos casos que se puede regresar a casa, el lugar dónde ir cuándo todo va mal.
La familia en nuestra cultura sigue siendo una institución que nos ayuda a pasar mejor los malos momentos, es por ello que podemos contar con su calor cuándo las cosas no van tan bien como querríamos, tener un lugar al que volver, saber que aunque las cosas van mal alguien podrá darnos comida y techo, es primordial.
Sin embargo, una de las cosas que nos ha hecho crecer como sociedad es la posibilidad de crecer incluso en los momentos difíciles, es por ello que a nadie le gusta tener que abandonar su vida y su nueva intimidad para regresar a casa de los padres. A partir de cierta edad todos queremos tener una vida ya hecha, una familia que construir y con la que hacernos mayores, es por ello que es importante no dejar que las circunstancias nos superen y luchar por ello.
La familia es un lugar al que regresar cuándo todo va mal, pero también es un lugar de soporte capaz de ayudarnos a mejorar las cosas para que volvamos a empezar con más fuerza, porqué ya se sabe que el día menos esperado, los sueños podrán hacerse realidad.