Cada noche reproducimos esta rutina indispensable para un mayor beneficio de la piel. Sin embargo, no siempre estamos exentas de cometer pequeños errores que a largo plazo pueden provocar cierto tipo de daños. Hoy vamos a descubrir los errores más comunes que cometemos a la hora de retirar el maquillaje, y cuál es la forma más correcta para hacerlo.

Un producto mal adaptado

La oferta en términos de productos desmaquilladores es muy amplia. Pero también corremos cierto riesgo a lo largo del tiempo en caso de utilizar un producto mal adaptado. El producto de calidad debe ser capaz de eliminar el maquillaje suavemente y de forma eficaz. Si utilizamos muchos algodones o que frotamos fuertemente la piel, conviene cambiar de técnica.

Igualmente debemos respetar la naturaleza de la piel. Hoy en día los aceites que se utilizan están compuestos de aceites secos que se disuelven en el agua. Son muy eficaces, suaves y se adaptan a todo el mundo. Las leches desmaquilladoras se eliminan con un algodón o se enjuagan simplemente con agua y son los mejores productos para pieles secas.

Finalmente, las aguas micelares existen para todos los tipos de piel, pero no son tan convincentes en cuanto a su eficacia puesto que no se enjuagan y no se eliminan bien del rostro. Realmente son eficaces si el maquillaje es ligero.

Maquillaje

No lavarse las manos

Antes de comenzar el proceso del desmaquillaje, conviene no olvidarse de una etapa lógica y que muchas veces dejamos de lado: lavarse las manos. Las manos presentan una alta concentración de contaminación bacteriana. Por tanto, esta etapa debe ser un reflejo sistemático a la hora de retirar el maquillaje, sobre todo si utilizamos un aceite que implica una aplicación con los dedos.

Frotar equivale a agredir

Para eliminar esos últimos restos de crema base o de máscara waterproof, la tentación es la de frotar con fuerza. Realmente es una mala idea, sobre todo a nivel del contorno de los ojos. Ganamos tiempo y salud aplicando dos algodones impregnados en desmaquillante sobre cada ojo.

Empezar por la crema base

Quienes suelen comenzar por las mejillas y terminar por los ojos, donde los pigmentos aplicados son más oscuros e intensos, deberán revisar este mal hábito. Empezar eliminando el maquillaje de la crema base para volver a encontrarse con restos negros sobre los pómulos, terminando por los ojos, es una pérdida de tiempo y además es la zona que más trabajo requiere.

Podemos utilizar un desmaquillante para los ojos sobre el rostro, sin embargo tendremos que enjuagar o frotar con mayor intensidad. No debemos olvidar que frotar en exceso provoca daños irreversibles sobre la piel.

Por otro lado, eliminar el maquillaje de los párpados y la máscara con un producto no específico no es el mejor método para retirar todos los restos de pintura. Ciertamente, si no queremos utilizar múltiples productos, conviene saber que existen bálsamos desmaquillantes a base de aceites secos que eliminan bien el maquillaje de los ojos, y el del rostro.

Estos productos respetan el conjunto de las zonas que se van a limpiar en profundidad. Se trata por tanto de masajear bien, de humedecer las manos para transformar el maquillaje en emulsión lechosa y poder retirarlo con agua.

El desmaquillaje de los labios

Al final del día, la barra de labios apenas es visible, y nos olvidamos muchas veces de eliminar los restos. Esta zona merece mayor atención. Normalmente hablamos de los ojos como de la zona más frágil, pero el contorno de los labios y los labios mismos son tan frágiles como la parte ocular. La técnica recomendada es utilizar el desmaquillador para los ojos sobre la boca, dejar que el producto se impregne, y luego retirar suavemente.

Igualmente, debemos evitar frotar demasiado puesto que se corre el riesgo de enrojecer la boca, y finalmente no saber si la totalidad de los pigmentos se ha eliminado o no.

No olvidarse del cuello

Normalmente solemos olvidar el cuello en la rutina cotidiana para la hidratación. Pero también olvidamos eliminar el maquillaje de esta zona. Hablamos de una parte del cuerpo que también se ve afectada por la aplicación de la crema base. Como la piel del cuello es fina y frágil, además de limpiarla, también es necesario hidratarla completamente desde la parte delantera hasta la nuca.