En el mundo de la atracción existen una serie de instintos naturales que nos pueden decir si la otra persona está interesada (como puede ser la dilatación de las pupilas o el lenguaje no verbal), pero también existen una serie de señales intencionadas que no son más que una artimaña de la seducción.
En la seducción se juega en base de muchas reglas, pero la finalidad no deja de ser la misma sean las que sean esas reglas: gustar a la otra persona. El juego de miraditas, de parpadeos o el coqueteo es un arte que puede ser aprendido.
La seducción con el tiempo ha cambiado sus reglas, mientras que antes eran los hombres los que se veÃan obligados a iniciar esta serie de coqueteos, ahora la mujer también puede hacerlo, con sus diversas fórmulas.
Una de las cosas que más tenemos en cuenta para que nos guste alguien es que la otra persona nos halague y nos admire. El pensar que se puede confiar en la otra persona y que esta no nos va a dañar, es muy importante para que alguien llegue a fijarse en nosotros. Encontrar una persona que nos permita ser nosotros mismos y tener la sensación de que la otra persona también es auténtica.
Es importante además que nos aceptemos tal y como somos, ya que no solemos sentirnos atraÃdos por aquellos que tienen falta de confianza. Además, es necesario saber que a los hombres les puede hacer echar a correr encontrarse con una mujer que pierde el oremus por un hombre o que utiliza el sexo para atraparlo.
A los hombres les gustan las mujeres naturales, que son capaces de salir a la calle sin maquillaje y que pueden reÃrse de ellas mismas, ya que la sonrisa, es una de aquellas cosas que más atrapa al otro.
Como podemos ver, el mundo de la atracción nos ofrece un montón de posibilidades que podemos desarrollar para hacer caer la presa en nuestras manos.