El embarazo en la actualidad no se limita solo a un estado natural por el que la mujer pasa nueve meses realizando controles de rutina y manteniendo una dieta sana y equilibrada para mantenerse saludable, es mucho más que eso y los diversos efectos del estrés en el embarazo deben también ser motivo de consulta y tratamiento.
Todo esto llega como consecuencia de un avance importante de la fisiologÃa de la gestación, ya que se ha podido determinar que el estado emocional de la futura madre es esencial para un óptimo desarrollo del bebé.
Los especialistas han venido señalado desde hace años que el estrés durante el embarazo puede repercutir en la salud y bienestar del bebé, ya sea porque la mujer debe enfrentarse a una fuerte presión en su trabajo, acontecimientos importantes como la muerte de un familiar, malos tratos por parte de su pareja, son solo algunos de los ejemplos de situaciones que pueden causar un alto grado de estrés.
Para la mujer embarazada se convierte en una situación difÃcil de manejar ya que no le es posible controlar el estrés y en la mayorÃa de los casos le resulta difÃcil ser conciente de la importancia de su propio bienestar y de cómo esto influye en el bebé.
Asimismo, una de las consecuencias más graves del estrés durante el embarazo es la de los partos prematuros y por lo tanto un bebé que tendrá bajo peso al nacer.
Las investigaciones realizadas al respecto han dejado claro que los niveles elevados de estrés se asocian de forma directa con la depresión y la ansiedad, hormonas como el cortisol pueden ser la causa de una reducción importante del aporte sanguÃneo a la placenta y llevar a un parto prematuro.
Un trabajo demasiado intenso, jornadas laborales que superan las 32 horas semanales durante el primer trimestre de gestación se encuentra directamente asociado con el bajo peso del bebé al nacer y de un parto prematuro.
A pesar que es común que una mujer embarazada reduzca o hasta deje de trabajar al llegar al final de la gestación, los resultados de las investigaciones alertan sobre la necesidad de realizar una reducción de la jornada laboral durante los primeros meses de embarazo, algo que beneficiará a las mujeres y también a los bebés.
Un estudio reciente realizado en Dinamarca concluyó que el riesgo de muerte fetal afecta más a mujeres que sufren de estrés durante el embarazo. El estudio se realizó haciendo una recopilación de datos de unos veinte mil embarazos midiendo el estrés materno a las treinta semanas de gestación, por medio de un cuestionario de salud mental.
El resultado fue que después de 28 semanas de gestación la muerte fetal ocurrió en sesenta y seis embarazos, equivalente a un 0,34% de los embarazos.
A pesar que la incidencia es pequeña y no debe ser motivo de más de angustia para las madres embarazadas afectadas de estrés, no conviene minimizar el tema del posible impacto del estrés durante el embarazo.
Otro estudio realizado por el Institute of Reproductive and Developmental Biology, del Imperial College London, advierte sobre los problemas emocionales y cognitivos que puede tener un bebé cuando su madre ha sufrido de un alto grado de estrés.
Cuidar la salud fÃsica es importante tanto para la madre como para el bebé y dentro de esto el estrés alto es un problema que debe tratarse adecuadamente tomando las medidas necesarias ya en los primeros meses de embarazo.