Hoy, en relación a la pérdida de peso, hemos querido traer un ejemplo que está muy de moda y que sirve para explicar la sugestión en el ser humano.
Es un fenómeno que deja al descubierto la importancia que tiene la mentalización y el cerebro dentro de los propósitos de los seres humanos.
Muchos de nosotros tenemos amigos y conocidos que, después de un tiempo sin verles, se nos han presentado considerablemente más delgados con unos cuantos kilos de menos.
Tan solo unos meses atrás estaban desesperados por no conseguir lo que querÃan y sin embargo, como por arte de magia en muy poco tiempo han logrado lo que esperaban.
Cuando les preguntas qué es lo que han hecho, automáticamente todos te contestan lo mismo: he ido a Naturhouse.
Después de trabajar muchos años como entrenador personal y nutricionista, me picaba la curiosidad por saber qué era lo que vendÃan allÃ. SuponÃa que alguna suerte de preparado mágico de fórmula incierta.
Pero cuál fue mi sorpresa cuando, habiendo preguntado a varios de los participantes de estas dietas milagro, me dicen poco más o menos lo que yo llevo aconsejando desde hace años, es decir, el equilibrio en la alimentación.
Por supuesto, no podÃa faltar un añadido de cápsulas que por lo visto ayudan a eliminar lÃquidos y grasas (y algo de monedas de nuestros bolsillos).
Te realizan un seguimiento semanal por el cual te cobran el gusto y la gana, aparte de los preparados de dudosa procedencia, que también van aparte.
Dejando las tonterÃas a un lado, repito una vez más que los milagros no existen. El éxito de estas dietas, está basado en un boca a boca gigante, que nos predispone a tener éxito en nuestra proposición de perder peso.
La andadura de perder peso es mucho más llevadera cuando se hace en compañÃa que cuando se hace de manera silenciosa e individual, y más cuando puedes compartir esa experiencia con otras personas que ya lo han probado.
La sugestión se basa en la buena predisposición que adoptamos hacia lo sucedido a un ser conocido. Y pensamos, si a él le ha servido, a mi también.
Además, otro de los motivos por los que funcionan es por el miedo que tenemos a reconocer que hemos tirado nuestro dinero a la basura. Por el precio que hemos pagado, más vale que sea efectivo a todas luces para no quedar como el hazmerreir de los demás.
En definitiva, sigo diciendo que la pérdida de peso, no tiene secretos: dieta, dieta, dieta.