Siendo el principal órgano de nuestro cuerpo, la piel necesita cuidados especiales según la época del año y sobre todo cuando se trata de pieles sensibles que suelen irritarse por efecto del clima que también las hace más susceptibles de sufrir alteraciones que es posible prevenir.
Como primer consejo es necesario evitar los productos de limpieza de la piel muy agresivas siendo recomendable utilizar leches desmaquilladoras, dejando de lado también los tónicos, productos exfoliantes o que contengan con alcohol.
El uso de cremas con retinol deben espaciarse durante el invierno sobre todo en pieles sensible y utilizar siempre productos hipoalergénicos, no abusando de limpiezas profundas o cualquier tipo de procedimiento agresivo para la piel, manteniéndola bien hidratada.
Asimismo, durante el invierno y los cambios bruscos de temperatura provocan efectos nocivos en las pieles sensibles, entre ellos los ambientes calefaccionados, el viento y la contaminación ambiental, sumándose a todo esto una alimentación deficiente, todos elementos que contribuyen a que la piel sufra de sequedad, enrojecimiento y hasta descamación.
Es necesario cuidar toda la piel desde la del rostro hasta manos, codos y rodillas que también se deshidratan durante el invierno, utilizando de forma habitual mascarillas hidratantes, regeneradoras y nutritivas y exfoliando la piel solo cada 20 dÃas para eliminar las células muertas.
Utilizar cremas con filtro solar es fundamental en todo tipo de piel y sobre todo en las sensibles ya que el sol la afecta a pesar de ser invierno, siendo aconsejable optar por productos con protección de factor 15 o 20 para pieles normales y de mayor protección para pieles sensibles.
En el caso de pieles sensibles y también con tendencia a resecarse con facilidad la hidratación deber realizarse por lo menos dos veces por dÃa, siguiendo una rutina que comienza con la limpieza de la mañana, hidratación, limpieza por la noche y nutrición.
El uso de jabón también debe ser controlado para no resecar la piel sensible y utilizar siempre productos con pH balanceado o neutro y en caso de piel seca utilizar un jabón que contenga algún humectante o emoliente en su fórmula.
El baño diario debe hacerse con agua tibia y no someter al cuerpo a cambios bruscos de temperatura, aplicando crema humectante en todo el cuerpo, además de utilizar maquillaje en crema que ayuda a la protección integral de la piel.
Por último, beber diariamente agua en cantidad suficiente para mantener la piel hidratada y consumir alimentos que provean al organismo de vitamina C.