La elección de un jabón no se hace a la ligera. Debe tener en cuenta el tipo de piel, puesto que es esencial para presentar un rostro con una piel suave y tersa, sin sensación de tirantez después de la ducha o del baño. Hoy presentamos una serie de consejos fáciles y sencillos para poder regalar, de cara a la celebración del próximo San Valentín, corazones de jabón natural, así como otros productos de concepción natural para el cuidado corporal y de la piel.

El jabón natural, la mejor opción para todos los tipos de piel

Si se pretende lavar el cuerpo con un jabón, la mejor opción para el respeto de la piel es usar jabón 100% natural, como el champú sólido natural con aceite de argán, cola de caballo y manzanilla que podemos encontrar en https://lamalvaflor.es/.

En realidad hablamos de un producto que garantiza la ausencia de ingredientes nocivos. Además, y por acercarse la festividad de San Valentín, esta tienda ofrece un regalo para todos los pedidos de febrero. Aparte de que en la semana de San Valentín que empieza regalarán un corazoncito, y durante todo el mes de febrero regalarán un mini labial con cada pedido.

Jabón natural

Otra solución eficaz es el jabón natural artesanal de incienso y mirra, puesto que es un aliado fundamental para el cuidado de la piel. En su blog con consejos para el cuidado corporal de la misma tienda podemos encontrar muchas otras propuestas y consejos. Evidentemente, en este tipo de productos naturales se puede escoger la versión que más guste, sólida o líquida. Debajo de la ducha, la versión de jabón líquido suele ser la preferida, por razones prácticas.

Todos sabemos que un producto natural es mucho mejor que un producto convencional. Se trata de un jabón más seguro, de mejor calidad, sin aditivos, ni colorantes, ni aromas sintéticos. Todos tenemos en nuestro cuarto de baño productos fabricados a base de componentes naturales, más o menos conocidos, y procedentes de tierras lejanas y exóticas.

Durante el proceso de saponificación en frío, los aceites vegetales no se calientan tanto, y precisamente aquí está todo el interés de este método artesanal que permite conservar en el jabón todos los beneficios de los aceites, consiguiendo un producto más natural que el que habitualmente consumimos, y sobre todo mucho más activo. Además, la glicerina vegetal, naturalmente presente en gran cantidad en un jabón, no se extrae del jabón saponificado en frío.

Contrariamente a la mayoría de los jabones que encontramos en los comercios, a los que las industrias retiran la glicerina vegetal para volverla a vender después, su alto valor comercial es muy interesante. Un jabón saponificado en frío está enriquecido de forma natural con glicerina vegetal, lo que lo hace mucho más suave para la piel.

La glicerina vegetal contenida en el jabón saponificado en frío permite restaurar, casi de forma inmediata, el film hidrolipídico, lo que ofrece a la piel una mayor suavidad, evitando las tiranteces provocadas por los jabones clásicos.

Ingredientes naturales

Si nos fijamos en las etiquetas de los geles de ducha y de los jabones clásicos, podemos descubrir una lista de ingredientes a base de agentes que producen espuma, sulfatos, parabenos, conservantes, perturbadores endocrinos, aceite de palma, grasa animal, etcétera.

Un jabón saponificado en frío está fabricado a base de aceites vegetales vírgenes que se hacen reaccionar químicamente con un agente alcalino. Después, se le pueden añadir otros ingredientes naturales como arcillas, aceites esenciales, etcétera. En realidad encontramos para todos los gustos, todos los tipos de piel, y todos los colores. Esto hace que este tipo de productos sea el ideal para regalar con ocasión de la fiesta de San Valentín. De esta tienda de jabones, entérate de todas sus promociones en Facebook.

Pastilla de jabón

El jabón sin jabón para pieles reactivas y alérgicas

Si se tiene la piel muy sensible, que se enrojece y reacciona ante la menor agresión externa, lo ideal es utilizar jabones sin jabón, también llamados panes dermatológicos. Estos productos son más suaves con la piel, y evitan agredir el film hidrolipídico, puesto que es la barrera de protección primera.

Estos productos existen igualmente en versión líquida, muy prácticos para usar debajo de la ducha o en el baño. Si se tiene una piel muy sensible que presenta tirantez después del baño, o es demasiado frágil en invierno, también se puede optar por el jabón extragraso. Este no solamente está reservado para el uso facial, sino que también se puede utilizar sobre todo el cuerpo.

El principio del jabón extragraso es que está enriquecido con activos hidratantes como el aceite de almendra dulce o la manteca de karité, con el fin de limitar la sequedad de la piel. El resultado es claro, la piel se vuelve más suave y más aterciopelada. No obstante, la aplicación de este jabón no dispensa de aplicar una buena crema hidratante después de la ducha o del baño.