La piel a nivel de las partes Ãntimas y de las axilas es particularmente sensible. Se endurece rápidamente a causa de los roces ocasionados por la ropa y la ropa interior demasiado ajustada, asà como por culpa de las agresiones debidas a la depilación.
Es cierto que algunas mujeres tienen la suerte de conservar una piel suave y clara, incluso depilándose las axilas, pero no suele ser lo habitual en la mayorÃa de las mujeres que deben enfrentarse tarde o temprano a este problema por haber agredido la piel con productos quÃmicos.
De repente, se encuentran con las axilas y las partes Ãntimas que tienen un color bastante diferente de aquel que ofrece el tono natural de la epidermis, creando problemas de complejos en muchas mujeres, tanto es asà que algunas no se atreven a llevar ropa sin mangas, o a mostrarse desnudas si la ocasión lo requiere. Felizmente, esta pigmentación se puede atenuar gracias a una serie de métodos muy sencillos.
Consejos de belleza para recuperar el tono de la piel
Conviene saber que las soluciones propuestas no se adaptan siempre a todo el mundo, puesto que la piel puede presentar una serie de reacciones en función de cada persona.
Por supuesto, la consulta a un dermatólogo es un imperativo, pero ni no nos ofrece ningún tipo de solución, a parte de llevar ropa interior confeccionada con algodón, y una depilación con cera o con depiladora eléctrica, siempre podéis probar suerte con el zumo de limón, o el aceite de tamanú. Son muchas las mujeres que han resuelto su problema gracias a estos productos naturales.
En cuanto al uso de la crema aclaradora, no se debe olvidar que primeramente se debe probar en una pequeña parte del cuerpo, como el lóbulo de la oreja, para estar seguras de que no hay ningún tipo de reacción alérgica. Para el limón, no se debe abusar demasiado y siempre frotar suavemente para no irritar la piel.
Finalmente, el aceite milagroso de tamanú que procede directamente de Tahità y que es conocida por sus virtudes para aclarar la piel. Un uso cotidiano podrÃa ayudar a recuperar una piel propia de la infancia.