Existen varios tipos de mascarilla, y por esa misma razón tienen diferentes funciones. Se trata de un tratamiento de belleza eficaz para limpiar profundamente la piel, y suavizarla. Algunas mascarillas cierran los poros, mientras que otras reafirman los tejidos cansados y atenúan las arrugas.
En verdad, la mascarilla de belleza se utiliza para regenerar la epidermis y aclarar el tono de la piel. Un pequeño consejo: más vale aplicar una mascarilla de belleza la vÃspera, y no una hora antes de salir.
Las reglas para una aplicación correcta
Primeramente se debe limpiar la cara con un desmaquillador, y tonificarla con una loción tónica apropiada a vuestro tipo de piel. Para preparar correctamente la piel de la cara, y que ésta puesta recibir todos los beneficios de la mascarilla, se debe realizar una fumigación. Se trata de poner el rostro durante 10 a 15 minutos sobre una cacerola llena de agua hirviendo, en la que se pueden meter algunas hojas de tila.
Con este sistema conseguimos distender los rasgos más profundos de la piel. Después se aplica la mascarilla en pequeñas capas, y cada vez más gruesas, de forma que cubramos la totalidad del rostro, lo que es el óvalo y el cuello. También se puede utilizar una espátula para facilitar esta operación.
Lo que se debe evitar
Evitar la aplicación de la mascarilla sobre los párpados y el contorno de los ojos. La piel suele ser muy fina en esos lugares. Cuando la mascarilla está lista, no se debe estar leyendo, ni estar trabajando, y tampoco se puede hablar. Debéis estar en reposo absoluto. Por lo tanto, debéis tumbaros durante un cuarto de hora, y mantener las piernas en alto.
Sobre los párpados se pueden aplicar compresas frÃas de agua de rosa, y dejarlas reposar durante un tiempo. Para retirar cualquier traza del producto, enjuagaos bien la cara con agua tibia, o utilizar un algodón humedecido previamente. Finalmente, aplicaos una loción tónica que no contenga alcohol, o agua de rosas.