Hace un par de semanas que se está haciendo dieta para adelgazar y de pronto el descenso de peso se ha detenido. Existen diferentes razones para que esto ocurra. Sin embargo, es necesario identificarlas y así poder seguir adelante.
Algunos de los motivos que llevan a que se detenga el descenso de peso, comúnmente llamada “meseta” pueden ser:
- Se ha alcanzado un peso en el que ya se había estado antes estabilizado por mucho tiempo, el llamado “peso confortable” y le ocurre a muchas personas que dejan de estar motivadas y como ya han estado en ese peso antes deciden no seguir haciendo la dieta de forma tan estricta.
- Ya se han bajado en esta etapa una gran cantidad de kilos, generalmente diez y el organismo responde más lentamente, pero de seguirse la dieta se continuará adelgazando aunque a un ritmo más lento.
- La dieta no ha sido hecha en forma constante ni con respecto a los alimentos que se debían ingerir ni en lo referente a realizar ejercicio físico.
- Se está pasando por un etapa especial de ansiedad, angustia, estrés, etc. Y este tipo de problemas no permite realizar la dieta de forma correcta o con el entusiasmo necesario.
- Cambios de metabolismo, por los cuales el organismo se encuentra ya adaptado al nuevo plan alimentario y como respuesta la respuesta favorable es menor.
- Puede también existir un problema de retención de líquido y por ello la balanza marca siempre el mismo peso a pesar que se sigue quemando grasas.
Sin embargo, este estado de estancamiento es pasajero y podemos hacer algunas cosas para salir de él, sin importar cuál fue la causa que originó que se dejara de adelgazar.
Lo más importante es tener en claro que se puede continuar con la dieta y bajando los kilos que faltan. Este es un momento crucial donde no hay que bajar los brazos ni abandonar el menú dietético.
Muchas veces nos falta una nueva motivación, puede que también sea necesario hacer algunos ajustes en los alimentos que se están ingiriendo, muchas veces la monotonía nos hace desistir.
Lo primero entonces será responder algunas preguntas tales como:
- ¿Se continúan haciendo las comidas sugeridas en el menú dietético?
- ¿Las porciones son del mismo tamaño?
- ¿Se están utilizando grasas no permitidas en los platos?
- ¿Se están ingiriendo ciertos alimentos que engordan?
- ¿Se continúan bebiendo los dos litros de líquidos diarios?
El responder estas y otras preguntas pueden ayudarnos a conocer que sucede y el motivo por el que no se sigue bajando de peso.
Es muy útil llevar una especie de diario donde se anotan determinadas conductas, o algún alimento fuera de la dieta que se ha comido ese día, si no se ha hecho ejercicio, etc.
Este diario puede ayudarnos ver más claramente algunas actitudes y modificarlas, por otra parte es importante planificar con anticipación las comidas para que la dieta sea realmente balanceada y no sobrepasar las calorías permitidas.
La paciencia en esta etapa es indispensable sobre todo cuando se desea bajar de peso y que esto sea duradero sin efecto rebote.
También es útil hacer un incremento de la actividad física o cambiar la que se está realizando por otra que nos entusiasme más.
Para concluir y esto es lo mejor, este estancamiento en el descenso de peso es un estado momentáneo y haciendo pequeños cambios puedes sin lugar a dudas superarlo y seguir adelante que de seguro el éxito será posible.