Es posible que te hayas visto envuelta en una temporada dónde las discusiones familiares parezcan estar a la orden del dÃa. Este tipo de problemas entre las familias son comunes en algunas etapas de nuestra vida, es por ello que debemos saber llevar este tipo de conflictos de la manera más sana posible.
Existen muchos tipos de discusiones familiares. Están, por un lado, las que tienen los miembros de una familia cuándo estos ya son adultos, como es en el caso de herencias de por medio u otro tipo de problemas donde los distanciamientos entre unos y otros y las diferentes maneras de ver las cosas y la vida se hacen patentes.
También existen las discusiones familiares en el propio núcleo por problemas de pareja. Este tipo de conflictos son muy delicados y hay que intentar buscar una solución lo más rápido posible antes de que estos problemas acaben destruyendo la relación que tienes con tu pareja. Son muchas las consecuencias en este tipo de conflictos: la falta de dedicación por alguna de las partes, la falta de comunicación o empatÃa y las infidelidades,  suelen ser las causas más comunes de las discusiones entre parejas.
Por otro lado también pueden iniciarse los conflictos con los hijos a partir de según que edades como es la adolescencia. Durante la adolescencia el temperamento de nuestros hijos cambia por completo y todo esto puede alterar el orden normal de las cosas. De repente nuestro hijo necesita que le marquen unos lÃmites, y como tal, intenta sobrepasarlos. Nuestro papel como padres es el de saber afrontar estas discusiones familiares de la manera más saludable posible.
Es evidente que las discusiones familiares deben tratarse cada una de ellas de maneras totalmente distintas, dependiendo de su origen, sin embargo, la forma de afrontar este tipo de problemas es muy similar ya que todo empieza a la hora de aceptar que estamos teniendo un problema y que por tanto necesitamos una solución- ya sea con ayuda terapéutica o sin ella-.
En definitiva, para solucionar las discusiones familiares, ante todo debemos ser conscientes de lo que falla para asà poder poner una buena solución.