Tanto si eres emprendedora como si trabajas por cuenta ajena, el networking es una experiencia profesional muy necesaria. El ser humano es social por naturaleza no solo en el ámbito personal, sino que las alianzas y las relaciones sociales también son motivo de felicidad en el ámbito profesional.
1. Formar parte del grupo
Uno de los sentimientos más frecuentes del emprendimiento es la soledad que experimenta el dueño de un negocio en la toma de decisiones más importantes. Sin embargo, gracias al networking es posible salir de ese sentimiento de soledad para alimentar la mente y la creatividad gracias al poder constructivo del feedback.
Platón, uno de los filósofos más importantes de la historia del conocimiento, recuerda que las mejores ideas son aquellas que nacen en la esencia del diálogo. Un diálogo que es luz para la mente.
2. Proyectos de trabajo
El networking también puede dar frutos en términos profesionales. Por ejemplo, el valor de un contacto puede traducirse en una recomendación profesional.
O, también, si informas a tus contactos de que estás buscando trabajo, pueden informarte sobre posibles ofertas que han visto en portales especializados que se ajustan a tu perfil. En definitiva, el networking refuerza el valor de la colaboración.
3. Antídoto frente a la rutina
Asistir a eventos profesionales, ferias de empleo, actividades corporativas o cualquier tipo de acto que anotes en tu agenda por motivos laborales puede ser un estímulo de motivación al inicio de semana para romper la rutina respecto de los compromisos habituales. Algo muy terapéutico porque la rutina excesiva puede potenciar la sensación de desmotivación que conduce al síndrome del trabajador quemado.
4. Entrenar habilidades importantes
En el ámbito del networking puedes poner en práctica competencias tan importantes como las habilidades para hablar en público, las técnicas de negociación, la comunicación asertiva… Las habilidades sociales se perfeccionan a través de la experiencia, por tanto, el networking aporta un valioso entrenamiento. Especialmente en la era tecnológica cuando el contacto online no debe hacerte descuidar la comunicación presencial.
Otra habilidad que pones en práctica es la gestión del tiempo ya que mientras que muchos emprendedores ponen en práctica la excusa de “no tengo tiempo”, en realidad, puedes aprender que solo tienes que organizarte un poco mejor para asistir a eventos. Y además, también aprendes a priorizar aquellos que más te interesan.
5. Conocer a los expertos más destacados del sector
¿Cuál es tu sector profesional? Por medio del networking puedes conocer a aquellos profesionales que son un referente en tu ámbito profesional; personas que son un ejemplo a seguir.
Expertos que precisamente por serlo, pueden darte grandes lecciones de las que aprender. Por esta razón, si asistes a un congreso para emprendedores, por ejemplo, consulta previamente en detalle la agenda del acto para concretar cuáles son las ponencias que más te interesan.
En el networking aprendes que tú, más que tu currículum, eres tu mejor carta de presentación. Por tanto, cuidas tu marca personal y puedes llegar a posicionarte como un experto potencial. ¿Qué otras ventajas del networking sumarías a esta lista?
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