Si no soléis poneros ni crema solar, ni aftersun, ni aceite corporal, vuestra piel no podrá adquirir un mejor tono, ni aspecto saludable, tras una jornada de exposición al sol en la playa.
Con el pelo pasa exactamente lo mismo. Se debe mantener un cuidado mÃnimo para no estropearlo. Cuando estéis bajo el sol debéis protegerlo con un aceite especial para el pelo.
Al llegar a casa, por la noche, lavaos bien la cabeza y utilizad tratamientos hidratantes. Elegid productos adaptados al cabello seco y dañado. Después, debéis desenredarlos con los dedos y dejar que se sequen al aire libre. No hay nada peor que usar una fuente de calor artificial o la plancha de alisar tras un dÃa de calor bajo el sol de la playa.
Cada cuatro dÃas, poneos una mascarilla sobre el conjunto del pelo, insistiendo en las puntas, y dejad actuar un cuarto de hora. A diario serÃa bueno que lo peinarais con un cepillo de cerdas suaves.
Pelo recogido
Dejando el cabello suelto, os arriesgáis a que se hagan nudos a causa del viento. Esta vez la acción de desenredarlos puede ser bastante molesta y dolorosa, y también nociva para el cuero cabelludo.
Lo ideal es llevar una coleta, o un pequeño recogido que evite la acción directa del viento sobre el pelo.
Pero cuidado, si os recogéis el pelo con la ayuda de una goma, podéis dañarlo, al tiempo que dejaréis una antiestética marca en la zona de la presión. Lo mejor es que os hagáis una trenza o que lo recojáis con la ayuda de una pinza para el pelo.
Diferentes peinados
¿Por qué no os atrevéis a usar unas pinzas de color? Las flores artificiales en una cola de caballo se vuelven a llevar. En la playa, todo está permitido. Se pueden usar pinzas atrevidas, de colores chillones, moños y recogidos diferentes. Las más tÃmidas se contentarán con ponerse una pequeña flor discreta.
Las demás, podrán jugar con los colores y las formas, pero sin caer en lo estrambótico y exagerado. Lo ideal es sorprender cada dÃa con un accesorio diferente, pero evitando caer en lo ridÃculo.
Se trata, en definitiva de ser creativas, osadas, pero sin caer en lo artificial. Se puede ser atrevida, encontrando el punto intermedio, donde reside el verdadero equilibrio. No olvidéis que se busca una alternativa al pelo suelto, por el bien de la salud de vuestro pelo.