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La creencia popular dice que no pueden incluirse en una dieta para adelgazar las pastas, ya que estas están totalmente prohibidas si se quiere bajar de peso.

Sin embargo, esto no es tan así y además,  los mismos nutricionistas las recomiendan en las dietas para bajar de peso, con el argumento que como durante la cocción aumentan su volumen provocan mayor sensación de saciedad y mantienen las calorías en límites totalmente aceptables. Por supuesto que habrá que consumirlas con moderación pero no desterrarlas para siempre de nuestra dieta.

Veamos cuántas calorías tienen algunas de las pastas más consumidas:

  • Canelones (cada uno) (100 g) 133
  • Spaguettis hervidos 1 plato (160 g) 233
  • Macarrones hervidos 1 Porción (100 g) 154
  • Tallarines hervidos 1 plato (160 g) 456
  • Macarrones con salsa de tomate 1 porción (100 g) 104
  • Raviolis de carne 1 porción(100 g) 288
  • Tortellinis de carne 1 plato (250 g)

Por otra parte, las pastas tienen la virtud de ser una comida que sienta bien, sacia el apetito, nos aporta energía, calmando la ansiedad y el mal humor, siendo que incluidas en una dieta equilibrada permite bajar de peso entre 2 y 3 kilos por mes.

Los nutricionistas por su parte aconsejan consumir a diario como mínimo unos 200 gramos de pasta, que le aportarán al organismo aproximadamente un 14% de su necesidad energética.

Por otra parte, se ha comprobado con estudios clínicos que el consumo de pastas baja el colesterol en sangre, favoreciendo además el funcionamiento de la tiroides.

Diferente que lo que ocurre con el pan, las pastas no generan un pico de glucemia (glucosa en sangre) y por esa razón la liberación de insulina es casi nula, lo que provoca que e organismo siga con sus funciones normales y no acumule grasa.

Las pastas deben ser de buena calidad, así a nuestro organismo le resultará más sencilla la función de metabolizarlas y eliminar de forma rápida lo que no utilice, no acumulando excedentes.

Otro punto a tener en cuenta es el tiempo de cocción debe ser “al dente” ya que si se pasan de punto pierden sus nutrientes

Generalmente no realizamos un análisis detallado de la calidad y proporciones de los alimentos que consumimos a diario, pero debemos tener en cuenta que la mayor parte de los hidratos de carbono proceden de granos, verduras de hoja, hortalizas, frutas y legumbres, además de los lácteos.

Así, las pastas se fabrican a partir de la harina que viene del trigo duro y que pertenecen a los hidratos de carbono complejos (fibras y almidones) y no de los simples (azúcares) por lo tanto las pastas no son una fuente de calorías alta.

La clave está en saber combinar los alimentos ya que las pastas no deben combinarse con pan, arroz u otros alimentos que tengan en su composición carbohidratos complejos.

Lo más saludable es acompañar las pastas con verduras cocidas, ensaladas, tomates, sin recargarlas con salsas o condimentos fuertes.

Una pequeña cantidad de aceite de oliva o una saludable salsa al fileto es lo ideal para acompañarlas.

Finalmente, cabe destacar que las pastas secas son más aconsejables que las frescas y entre ellas los espaguetis son los más recomendables y si se desea comer un plato de lasagna que sea de verdura y sin salsas.