El ácido fólico durante el embarazo es fundamental para el correcto desarrollo del bebé, de allí la importancia de conocer los alimentos que los contienen y en que cantidades se encuentran en cada uno de ellos para aprovecharlos al máximo.
Durante el embarazo una dieta rica en ácido fólico ayuda de forma importante a prevenir las malformaciones que pueden presentarse en el sistema nervioso del bebé, siendo recomendable consumir esta vitamina tanto unos meses antes del embarazo, cuando la mujer está buscando concebir, como también durante los tres primeros meses de gestación.
La ingesta adecuada de ácido fólico previene la aparición de defectos congénitos relacionados de forma directa con el “tubo neural” formado por el cerebro y la médula espinal, pero solo será de utilidad si se consume antes de la concepción y durante las primeras semanas del embarazo.
La forma natural del ácido fólico es el “folato” que se encuentra en ciertos alimentos y los especialistas recomiendan que todas las mujeres en edad fértil consuman alimentos que contengan ácido fólico ya que se ha demostrado a través de estudios que la mayor parte de los embarazos no son programados y de allí el riesgo de las deformaciones que pueden afectar al bebé durante los primeros tiempos de embarazo.
El tubo neural se forma en aproximadamente 28 días después de la concepción y cuando el proceso se realiza de forma incorrecta el tubo no se cierra completamente y pueden allí producirse defectos a nivel del cerebro y de la médula espinal.
Se ha comprobado que las mujeres que toman ácido fólico durante al menos 1 año antes de quedar embarazadas reducen el riesgo de tener un bebé prematuro que siempre tendrá mayores posibilidades de padecer complicaciones e incapacidades.
En relación a la cantidad de ácido fólico que necesita una mujer para proteger adecuadamente el crecimiento del bebé la Organización March of Dimes y el Instituto de Medicina (Institute of Medicine, IOM), recomiendan ingerir una multivitamina que contenga 400 microgramos de ácido fólico diariamente
Asimismo, una dieta saludable debe incluir alimentos fortificados con ácido fólico además de aquellos que sean ricos en folato tales como lentejas, maní, semillas de girasol, espinaca, hígado, avellanas, lechuga, zumo de naranjas, entre otros.
También son recomendables los suplementos vitamínicos enriquecidos con ácido fólico ya que el organismo los absorbe con más facilidad que el folato natural de los alimentos.