Muchas personas se obsesionan por conseguir los abdominales perfectos, en pocos minutos al día y sin hacer dieta, una utopía imposible de lograr.
Los llamados “abdominales perfectos” pueden llegar a notarse cuando la grasa corporal no supera un 10%, por lo cual pueden tenerse abdominales “perfectos” pero que no visibles ya que algunas finas capas de grasa los tapan.
Por lo tanto, para quienes desean tener abdominales perfectos y que además sean visibles sólo los conseguirán por medio de una combinación acertada de entrenamiento general, ejercicios abdominales, cardiovasculares y una dieta balanceada.
Pero comencemos por decir qué son los abdominales. Se trata de los músculos que se extienden desde la zona inferior de las costillas y llegan hasta el área superior de la pelvis, cumpliendo la función de proteger los órganos internos. Por otra parte, los abdominales que se encuentran situados en la parte lateral se llaman «oblicuos» y «transversos».
Cabe aclarar que el llamado “recto abdominal” es una sola pieza y no como muchos creen que están divididos en dos partes.
Por otra parte, es un mito creer que haciendo abdominales se puede bajar la grasa localizada en el abdomen ya que muchos de los resultados dependen del tejido conectivo encargado de dividir el recto en porciones.
Otro de los puntos a tener en cuenta es hacer correctamente los abdominales ya que es uno de los ejercicios más comunes que se encuentran dentro de casi todas las rutinas de entrenamiento.
Algo que es necesario tener en cuenta es que los abdominales son un trabajo muscular pero no reducen el contorno de cintura ni eliminan la grasa localizada.
Los buenos abdominales no se relacionan con la cantidad de repeticiones sino con hacer ejercicios de calidad, por ello, cualquier tipo de faja para reducir la zona no logrará ningún efecto más que el de la deshidratación.
Hacer los movimientos correctos es fundamental, así por ejemplo si al ascender cuando se realiza un abdominal, el abdomen sale hacia fuera está marcando que algo está siendo mal hecho.
No forzar la espalda es otra regla básica, lo correcto es subir solamente unos 40 grados con relación al suelo. Tampoco se deben forzar el cuello ni la espalda, ya que esto puede acarrear problemas graves de columna y cervicales.
Prestar atención a la zona de la pelvis, ya que si la presión recae sobre ella de manera constante puede causar en el futuro un problema de incontinencia urinaria, algo común en mujeres que practican deporte con continuidad o son profesionales, por ello la zona de la pelvis debe siempre mantenerse contraída.
Para quienes asisten a un gimnasio es bueno consultar con el entrenador para conocer a fondo la manera correcta de hacer los abdominales y lograr los resultados buscados.